domingo, 5 de octubre de 2008

New South Wales - Palm Beach

Aproximadamente a unos 40km de Sydney CBD se encuentra la playa más nórdica de esta ciudad. Como una pinta de flecha que sale al mal, la tierra que forma esta playa de características únicas, genera dos bahías con escenarios completamente diferentes. La bahía con cara al mar presenta un oleaje propicio para un buen surfing. Por otro lado, la bahía que da al lado del territorio australiano posee aguas calmas, como una laguna. La punta de dicha flecha sobresale unos 100 metros a nivel del mar brindando una vista inigualable, con ripios, con playas y barcos en el océano.


La gran hormiguita viajera no se podía perder de dicho paisaje! El sábado pasado emprendimos caravana hacia Palm Beach en dos autos: ricos y pobres. Por un lado Yanina y su “amigo” en un Z4 y el resto (Karin, Emeric, Hernán y Yo) en el “Posimovil”. Durante el viaje no paramos de hacer comparativas sobre cual auto era mejor. Si bien el Z4 tiene todo el confort del mundo, solo tenia espacio para dos personas. En cambio el “Posimovil” se banca hasta cinco personas y bueno toda la porquería que se le pueda cargar. Dado que yo maneje de ida no cuento con video sobre las comparativas realizadas, pero les aseguro que se hubieran reído mucho de escucharlas.

















Como la gran familia Campanelli que llega a Mardel, invadimos la playa con nuestros bolsos e indumentaria deportiva. El día acompaño. Sol, brisa y un mar a temperatura perfecta. Dado que soy más blanco que Capser, tengo que andar con gorra y siempre con pantalla solar. Antes de salir de casa, en la palaya, en todos los lugares que paramos me embadurne en protector y rompí las bolas para que los demás lo hagan. Si bien todos se embadurnaron, Hernán no tuvo suerte y quedo medio camarón.















Los chicos habían llevado pelota de fútbol, de voley un frisbee y hasta barrilete. No paramos un segundo, todo el tiempo haciendo algo. Con Karin y Hernán tratamos de remontar un Kite, el cual solo pudimos hacer elevar un par de metros y después caía en caída libre hacia el piso. Por suerte no le pegamos a nadie, pero estuvimos cerca. Si no era estar en el agua, se jugaba al voley, si no era eso era el frisbee o una caminata hasta el faro. Si bien muchos no se conocían entre si, todos buena onda y dispuestos a pasarla bien.

















Antes de partir a la ciudad hicimos una caminata hasta el faro, en la punta de la flecha que les conté con anterioridad. Una vista única. Karen y Hernan se prendieron a dar una vuelta por los yuyos y llegamos a un ripio en el cual me hubiera quedado horas viendo como anochecía. Al bajar del faro y emprender la retirada Yani se manejo un pequeño tramo del viaje en el Z4 y Hernán el "Posimovil" hasta Sydney. Yo aproveche un poco para sacar fotos y disfrutar del paisaje. Por ultimo unas birras en lo de las hermanas Vogel y luego "Tasa, tasa cada uno a su casa". Día de mucho sol, deporte y diversión!






Vista desde el Faro

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